Mensaje del
Secretario General de la ONU con ocasión del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono
16 de septiembre de
2012
Hace un cuarto de siglo, uno de
los principales problemas a los que se enfrentaba
la humanidad, el agotamiento de la capa de ozono que protege la vida en la
Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares
ultravioleta, inspiró uno de los mejores
ejemplos hasta la fecha de cooperación mundial en un tema relacionado con el medio ambiente. El Protocolo de Montreal
relativo a las sustancias que agotan la capa
de ozono no solo ha tenido éxito en el logro de sus objetivos inmediatos, sino que también ofrece enseñanzas sustantivas y
sirve de inspiración para hacer frente a otros problemas mundiales y convertirlos en
oportunidades de progreso común.
La historia del Protocolo de
Montreal resulta pertinente en nuestros esfuerzos para adaptarnos al cambio climático y mitigar
sus efectos, así como para hacer frente
a otras amenazas ambientales y aplicar los resultados de la conferencia de Río+20 sobre el desarrollo sostenible, ya que
pone de relieve los beneficios derivados
de la promoción de una economía verde inclusiva y demuestra que, cuando se toman medidas respecto de un tema
concreto, se pueden abordar también simultáneamente
muchas otras cuestiones.
Tras la eliminación gradual del
98% de los gases que agotan el ozono en productos
agrícolas, industriales y de consumo, la capa de ozono ha empezado a regenerarse y se espera que se recupere
completamente en las próximas cinco décadas. Gracias a ello, se han evitado ya
millones de casos de cáncer de piel y de problemas oculares, como las cataratas, aparte
de otros efectos nocivos de la radiación
ultravioleta para el medio ambiente. El Protocolo ha actuado también como catalizador de numerosas innovaciones en
los sectores de la industria química y
la manufactura de equipos, que han dado lugar a sistemas de refrigeración más eficientes en el consumo de energía y más
inocuos para el medio ambiente.
Las medidas adoptadas con arreglo
al Protocolo han resultado también muy beneficiosas
para el clima. Muchas de las sustancias que se han ido eliminando gradualmente, como los clorofluorocarburos que
se solían utilizar en productos como la
laca para el cabello, contribuían de manera notable al efecto invernadero. No obstante, aun quedan problemas por superar.
Los gobiernos deben mantener su compromiso
de completar el trabajo empezado y evitar problemas adicionales. Por ejemplo,
en sustitución de las sustancias químicas que agotan el ozono, está creciendo
rápidamente el uso de hidrofluorocarburos, productos inocuos para la capa de
ozono pero que son poderosos gases de efecto invernadero.
El Protocolo de Montreal ha
demostrado que la aplicación de ciertos principios fundamentales, como la adopción de políticas
basadas en la ciencia, la utilización de un enfoque preventivo, el reconocimiento de
responsabilidades comunes pero diferenciadas
y el trato igualitario entre generaciones, puede resultar beneficiosa para todas las naciones. En este Día
Internacional de la
Preservación de la
Capa de Ozono, quiero felicitar a todos los que contribuyeron
a hacer del Protocolo de Montreal un
ejemplo extraordinario de cooperación internacional e instar a los gobiernos y a todos los asociados a que
afronten con el mismo espíritu los grandes problemas ambientales y de desarrollo de
nuestro tiempo. Juntos podemos lograr que
el futuro que queremos se convierta en realidad.
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