M.Sc. Juan Eduardo Gil Mora
mundoandino2005@yahoo.es
Estamos a escasos siete días de
las elecciones municipales y regionales mediante
las que tendremos nuevos cuadros de gobierno en estos dos niveles tan importantes de decisión con cara a la
búsqueda de soluciones a los problemas
que agobian a las mayorías aún
marginadas; como la mayoría de la población
sostiene, hemos ingresado en la recta final de la campaña electoral; a pesar de ello, el
electorado no ha escuchado propuestas,
claras, precisas, coherentes y factibles
en su ejecución; lo que más ha sobresalido
en esta campaña electoral es que, todos los
grupos, alianzas y partidos, sin excepción, hacen campaña proselitista a fin de capturar los
votos de los electores. A partir del
último fin de semana se ha podido
observar el incremento desmesurado de los activistas y simpatizantes empleando una serie de artilugios y
estratagemas que son realmente contaminantes
en todos los escenarios posibles.
El empleo abusivo de diversos
materiales como bambalinas, gigantografías, carteles, posters, afiches, paneles, volantes,
pegatinas, “mosquitos”, todos han de terminar en el piso de calles, avenidas y áreas públicas, incrementando el volumen de los residuos
sólidos que la Municipalidad ha de tener que subvencionar sin retribución
económica de los grupos políticos que no tienen cultura de no ensuciar.
Pareciera que el grupo político que
ensucia más e invierte en generar
mayores volúmenes de residuos, desperdicios
y contaminación, sería el que llegue a gobernar.
Hecho sin duda observable, criticable y sobre todo despreciable desde la perspectiva ambiental y el cuidado
responsable de nuestro entorno.
Pareciera también que los
partidos en competencia desconocieran que la Municipalidad cuenta con instrumentos
como el Sistema Local de Gestión Ambiental, Política Ambiental Municipal y el Plan
de Gestión Ambiental de Residuos Sólidos; esta su ignorancia les permite contaminar y ensuciar sin escrúpulos todos los
escenarios posibles. Esta estrategia de
difusión de rostros, símbolos, convocatorias
y avisos, no sólo genera impactos visuales y contaminación del escenario paisajístico; sino
que son distractores para los
conductores y peatones. No existe poste
de alumbrado público, paraderos, denominadores de calles, muros de instituciones públicas,
infraestructura de semáforos, de puentes
peatonales, señales de tránsito, el fuste de árboles y hasta los 2 basureros y
contenedores de basura han sido utilizados. El abuso de esta estrategia y que seguramente se acrecentará en
estos días que faltan para las
elecciones, ha de conducir al rechazo
del ciudadano educado, culto y con
cultura ambiental; pues el elector ha de votar por el partido y candidato que menos haya contaminado y por aquel que haya empleado métodos más inteligentes y de respeto por el ambiente
y la salud de todos.
De otro lado, se ha iniciado
también el empleo de altavoces en todas las sedes y locales de los grupos políticos con
funcionamiento de más de 10 horas
diarias que generan molestias al vecindario.
Del mismo modo, la circulación de vehículos
de todo tipo por calles y avenidas con altavoces
que generan ruidos molestos y ensordecedores
antes que difundir propuestas. Este sistema
de publicidad está prohibido pues los ruidos generados sobrepasan los 60 decibelios,
llegando en la mayoría de los casos a 70
y 80 dB. Además, las marchas matutinas y
vespertinas por mercados, asentamientos humanos y escenarios públicos generan otros problemas al
margen de la contaminación sonora, pues
bloquean el tránsito, provocan congestión vehicular, incrementando la emisión de gases de
combustión interna que afecta a la salud ambiental y de la población.
Pareciera que los candidatos
desconocen respecto de la legislación ambiental vigente como la Ley General del Ambiente, la
Ley General de Residuos Sólidos, las
Leyes Orgánicas de Municipalidades y
Gobiernos Regionales y otras; en cada
una de ellas se explicitan las responsabilidades
de las entidades y de la sociedad civil
a efecto de conservar el ambiente y el
derecho que el ciudadano tiene a un ambiente saludable, sin basura y desperdicio, sin
ruidos molestos y sin distractores que
afectan no sólo al entorno sino también tiene
repercusiones psicológicas. Además, es necesario
que los candidatos internalicen que Cusco es una ciudad Patrimonio y cultural; por lo
tanto, no sólo merece respeto, sino la
promoción de una cultura de valores,
incluyendo ciertamente los valores de no
contaminación y conservación de un ambiente
sano; por el contrario requerimos propuestas
de un desarrollo sano y sostenible .
Pareciera también que los grupos
políticos en carrera han olvidado de la Resol. 136-2010 del JNE que prohíbe el uso de propaganda electoral en predios públicos y postes de alumbrado público; esta misma Resol. señala enfáticamente que está terminantemente prohibido el empleo de pintura en las calzadas y muros de predios públicos y
privados. La propaganda por altoparlantes que no estén ajustados a un horario establecido. La propaganda
electoral en predios de dominio público, en colegios, beneficencias y en predios
privados sin contar con la autorización del
propietario. La colocación de propaganda electoral en los postes de alumbrado público (Esta prohibición se
encuentra contenida en las ordenanzas municipales
y en el código nacional de electricidad y suministro). La colocación de paneles, afiches
y carteles en instituciones educativas
que serán utilizadas como locales de
votación el día de los comicios. Está prohibido el uso o la invocación de temas
religiosos de cualquier credo, en la propaganda política. Empero, han hecho caso omiso a esta regulación como a
otras y hoy podemos apreciar que esta
resolución es letra muerta y que los
partidos no tienen el menor respeto a la propiedad pública que es de todos.
Además, la referida Resolución
sostiene que concluidos los comicios electorales, todos los partidos políticos,
listas independientes y alianzas en un lapso de 60 (sesenta) días proceden a retirar
o borrar su propaganda electoral. En caso contrario, se hacen acreedores a la
multa que establezcan las autoridades correspondientes. Esperemos que esta
parte importante de la Resolución se haga efectiva, de lo contrario tendremos
una ciudad contaminada por candidatos y grupos que sin escrúpulo alguno han dañado la imagen de un Cusco
Capital Histórica del Perú y Patrimonio Cultural de la humanidad.
La publicidad electoral sirve
para que el candidato informe y convenza al electorado de que vote por él y/o
de que no vote por sus ocasionales contendores; sin embargo, esta campaña contaminadora
ha servido para que los candidatos utilicen todo lo que está a su alcance para
atiborrar al electorado con elementos de propaganda ambientalmente poco
amigable y que deja una ciudad contaminada.
La publicidad electoral debería
estar sustentada en propuestas antes que
en pegatinas, en dar a conocer sus
planteamientos antes que en el uso de pintura, papel y ruidos molestos; debe basarse en
acciones muy diversas y creativas:
llaveros, volantes, lapiceros, paneles,
spots de radio y televisión, anuncios en prensa, gorros, polos, correos electrónicos, redes sociales, afiches,
vinchas, volantes, marquesinas, mítines, perifoneo, publirreportajes, publientrevistas,
banderolas, gigantografías, cajitas de
fósforos, banderines, stickers, magnetos, pulseras, calendarios, bolsas, debates, etc. en las que el eje central no es
la figura del candidato sino sus propuestas para resolver los problemas
acuciantes de las mayorías y enrumbar a la Región y a las municipalidades a
mejores metas y al bienestar de la población; sobre todo, pocos han sido los
debates en público a los que han asistido
los candidatos; por lo tanto, esta campaña ha estado caracterizado más por una
difusión de residuos sólidos y ruido antes que propuestas y confronta de ideas.
Esta campaña contaminadora nos
deja un escenario contaminado y de incumplimiento de pactos y promesas de corte
ético respecto de nuestra ciudad, también de incumplimiento y soslayo de las
normas dictadas por el Jurado Nacional
de Elecciones y los municipios.
Si se aplicara el principio
“contaminador pagador”, entonces, todos los grupos políticos tendrían que
aportar al fisco por las acciones de polución ambiental generados en esta corta
pero contaminadora campaña. Probablemente, la factura que deben de pagar estos
grupos contaminadores, sea en el momento de las elecciones, cuando los
ciudadanos educados y cultos depositemos nuestro voto con conciencia cívica no
por los más contaminadores, sino por aquellos respetuosos del ambiente, de los
bienes públicos, de la ciudad patrimonio y del vecino, pues el que contaminó
hoy, que pague las consecuencias el 05 de octubre.
Cusco, 28 de septiembre del 2014.
Juan Eduardo Gil Mora
M.Sc. en Ciencia y Tecnología
Ambiental.
NOTA DE REDACCION :
Lo propio ocurre en Ayacucho.
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